Quien haya seguido con cierta atención la campaña de Tomás Jiménez y de Trinidad Gómez (perdón, Tomás Gómez y Trinidad Jiménez) no habrá podido encontrar en sus declaraciones, ni en la de sus respectivos partidarios, ni un solo gramo de substancia política, únicamente (auto)alabanzas sin cuento a la bondad del candidato. Y para colmo da la impresión de que los compañeros votantes socialistas madrileños se han tragado el pastel sin rechistar.
Ni una sola referencia a la reforma laboral del gobierno Zapatero, ni a la política de recortes presupuestarios, ni al retraso en la edad de de jubilación, .... como si lo único importante fuesen los sondeos y las cualidades personales de los candidatos.
Por no mencionar que ni éstos ni los medios de comunicación que les han servido de eficaz altavoz publicitario han citado una sola vez el hecho evidente de que ni Tommy ni Trini podrán nunca llegar a ocupar el sillón presidencial de la Puerta del Sol sin la colaboración de Izquierda Unida, que obtiene usualmente entre un 8% y un 9% del voto de la Comunidad de Madrid.
Es decir, se ha seguido fielmente el libreto bipartidista, con el problema para estos avestruces de que es absolutamente inaplicable en este caso, en el que el sistema electoral es plenamente proporcional.
De todas formas, enhorabuena y buena suerte, Tomás, pero no olvides que la política de izquierdas es otra cosa y que sin nosotros no será posible derrotar a Esperanza "Thatcher" Aguirre.
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