miércoles, 2 de junio de 2010

Esperanza Aguirre, "pobre de pedir", quiere privatizar el agua de Madrid

Llegaron las medidas decretadas por el gobierno para controlar el déficit: disminución del salario de funcionarios, congelación de pensiones, que deja sin efecto la retroactividad de las indemnizaciones a los dependientes valorados y no atendidos en tres meses, disminuye la inversión pública, etc. Aparte de estas medidas efectivas en el BOE, el gobierno, para justificar su mala conciencia con "el ser de izquierda y no saber ejercer en esa dirección", periódicamente reza un "mantra" que pretende hacer creer que el ajuste va a ser pagado por todos los ciudadanos; y para ello, sin decir como, ni donde, ni cuando va anunciando periódicamente una subida de impuestos a los "ricos". Al menos, esta vez el gobierno ha segmentado esta parte adinerada de la sociedad y lo cifra en superar el millón de euros de patrimonio.

En este contexto la Sra. Esperanza Aguirre dice no sentirse afectada por la medida porque ella "es pobre de pedir" ... Esta declaración tan inteligente la hacía la interfecta al traicionarle el subconsciente y quiso, quizás, sublimar el acto fallido soltando una "gracieta" que la concilia con su gestión igualmente tan "simpática": todo lo público para lo privado en beneficio de los obreros productores, familia y sindicato sin liberados.

En realidad, la gracieta ha sonado en el consciente del personal del común; y, todos pobres y ricos tendemos a considerar que su donaire y gracia es como su personalidad: sabihonda, resabiada, inoportuna, oportunista, anacrónica e inmoderada no solo con ella sino, sobre todo, con los conciudadanos que no lo estén pasado bien con las dificultades les hayan sobrevenido.

Lo más espeluznante no es la pretendida simpatía y gracia del personaje, lo grave es que el gracejo representa el sentido del humor de la persona humana que preside la Comunidad Autónoma de Madrid. Sinceramente, a la altura del presidente de la escalera -A- de mi comunidad de vecinos. ¡Hala! más vinazo ¡qué llega!, ¡qué llega..!; ya decía Quevedo a Góngora "y al vino llamarán, llegó que llegó y vino todo es uno". Bueno, pues si. Para evitar llegadas con el vino mal bebido, necesita Madrid sentenciar electoralmente: "hasta aquí has llegado, bonita".

NO SABE BEBER NI VINO Y OJO AL DATO, QUE NOS QUIERE PRIVATIZAR EL AGUA

(Comentario enviado por Pablo y Francisco)

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