¿Os imagináis qué hubiese pasado si la masacre del ejército israelita sobre los pacíficos miembros de la flotilla de ayuda humanitaria al pueblo de Gaza la hubiese perpetrado el ejército cubano, o el sirio, o el birmano, o el venezolano?
¿Cuánto habrían tardado la Comisión Europea, el Consejo de Seguridad de la ONU o el Departamento de Estado norteamericano en condenar enérgicamente la matanza y amenazar con represalias económicas y militares?
Sin embargo, se trata del Estado de Israel y, por razones que escapan al intelecto del ciudadano medio, ante él los grandes del mundo se inclinan, otra vez, y se limitan a "deplorar el incidente" (¡"deplorar el incidente"!) como si de un terremoto o unas inundaciones se tratase.
¿Cuántos asesinatos más tiene que llevar a cabo el Estado sionista para qué la comunidad internacional reaccione como es preciso? ¿Hasta cuando la sangrienta excepción israelí?
Posdata. Del gabinete de crisis que ordenó la ejecución a sangre de fría de unos activistas pacíficos formaba parte Ehud Barak, ministro de defensa israelí y dirigente del Partido Laborista, miembro de la Internacional Socialista.
Si, se llama mala conciencia, porque esos mismos estados democráticos, hace algunos años, miraron para otro lado cuando se masacró a seis millones de judíos. Lo mismo que hicieron con la República española.
ResponderEliminarPor lo que a mi respecta y pese a mi ascendencia judía, no hago distingos entre los actos del gobienro de Israel o el de Cuba o el de Siria.
Afortunadamente en Israel es posible ver manifestaciones, leer editoriales y artículos de opinión, escuchar a diputados, contra los crímenes de su gobierno, a diferencia de lo que ocurre en Cuba y en Siria.
Personalmente, desde la condena y el rechazo al asalto de la flotilla, me parece que la diferencia es importante.
Saludos