El presidente Zapatero ha zanjado la polémica que se había abierto durante las últimas semanas en el seno de su gobierno y del PSOE sobre si establecer o no un tímido impuesto sobre el patrimonio para quienes lo tuviesen superior al millón de euros.
Y la ha zanjado optando por la negativa, es decir, rechazando esa medida porque "no es el momento", dice. Sí que es el momento de reducir los sueldos de los funcionarios o congelar de las pensiones, faltaría más.
Para Zapatero y el PSOE nunca es el momento de tomar medidas de carácter moderadamente socialdemócrata como reinstaurar los impuestos de sucesiones y de patrimonio para las rentas más altas, ni de apretar contra el fraude fiscal, ni de gravar ejemplarmente los sueldos y planes de pensiones exorbitantes de los directivos bancarios, ni de subir el ridículo porcentaje que pagan las SICAV, sociedades con las que los más ricos protegen sus patrimonios, ni de aflojar los lazos concordatarios con la Iglesia Católica, ni de promulgar una ley de memoria histórica que no esté, como la actual, llena de trampas jurídicas, etc., etc.
¡Si es que hasta Berlusconi le ha pasado por la izquierda al anunciar que en Italia el plan de ajuste no tocará las pensiones, la educación y la sanidad, y que se obtendrán más ingresos incrementando la lucha contra el fraude impositivo!
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